Me he venido hasta aquí (...) para hablar sólo un poco, muy poco, con algún transeunte y preguntarle una dirección. En esta ciudad, donde la respuesta es siempre la misma: "Destra, sinistra, sinistra, destra, destra, sinistra e altra volta sinistra".

Antonio Gala: Los papeles de agua.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Centro de Arte Reina Sofía (El Profeta: Pablo Gargallo)

El origen del edifico se remonta a 1566 cuando Felipe II decide reunir en una misma zona todos los centros sanitarios y hospicios de Madrid. Fruto de esta decisión, se crearon varios hospitales en torno a la calle Santa Isabel. La zona adquirió el nombre de Hospital General.
En el siglo XVIII, Carlos III encargó al arquitecto Francisco Sabatini el diseño de un nuevo hospital que aglutinase a todo el conjunto del Hospital General; un nuevo edificio único del Hospital General. Con el paso de los años el edificio sufrió varias modificaciones y finalmente en 1977 fue declarado monumento histórico artístico.
En 1980 se encomienda a Antonio Fernández de Alba la restauración del edificio. La obra culmina a en 1988 con la colocación de las tres torres de ascensores de vidrio y acero ubicadas en el exterior del edificio.
El Antiguo Hospital General de Madrid, obra del arquitecto Francisco Sabatini, se convirtió en 1992 en el Museo Español de Arte Contemporáneo. Sus Majestades los Reyes D. Juan Carlos y Dña. Sofía inauguraron la colección permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
 Hasta ese momento el museo había acogido únicamente exposiciones de carácter temporal. A partir de entonces, queda constituido el museo oficial al que artistas de la talla de Dalí o Miró donaron obras propias.
 Desde entonces el MNCARS ha sufrido diversas reformas para adecuar el espacio al aumento de sus colecciones y actividades.

El edificio

A mediados de 2005, el Museo Reina Sofía amplió sus instalaciones.  La ampliación fue realizada por Jean Nouvel. El auditorio, la biblioteca y las nuevas salas de exposiciones son piezas independientes que se organizan bajo una gran marquesina roja de aluminio y cinc a la espalda del viejo hospital de Sabatini. Sin quitar protagonismo a ninguno de los edificios emblemáticos de la zona, el MNCARS se ha convertido en todo un símbolo del nuevo Madrid, dinámico y respetuoso con la Historia


La visión exterior de los dos recintos del museo, el antiguo de Sabatini y el nuevo del arquitecto Jean Nouvel, choca tanto que a primera vista parece que se trata de dos entidades diferentes. El contraste de la piedra del edificio antiguo y el vidrio y los materiales reflectantes de los tres edificios nuevos, provoca un aparente enfrentamiento. Sin embargo, la majestuosa cubierta volada que los une, reconcilia cualquier disputa.
La ampliación del Reina Sofía consiste en tres nuevos edificios alrededor de una plaza central que sirve como entrada principal. En el centro de esta plaza se erige la gran escultura: Brochazo” de Lichtenstein, muestra elocuente de arte contemporáneo.

El mundo moderno

Además de pintura y escultura, en sus salas el visitante se encontrará con toda la variedad de expresiones plásticas que ha dado el siglo XX. Muchas de las obras que se exhiben son fotografías, collages, croquis o películas que forman parte por derecho propio de la Historia del arte contemporáneo. Una historia que en España comienza con Goya y que desde entonces ha oscilado entre las posiciones más conservadoras y las más experimentales.


Pablo Emilio Gargallo Catalán:  Biografía y obra
Pablo Gargallo, considerado el precursor de la escultura en hierro, nació el 5 de enero de 1881 en Maella (Zaragoza). Su padre poseía una herrería, aquí aprendió la técnica de la forja.
Pasó parte de su vida en el barrio de Montparnasse de París.  En 1903 obtiene una beca que le permite ir a París a completar sus estudios. Su estancia fue breve, pero desde entonces y hasta 1923, que es cuando se instala definitivamente en la capital francesa con su mujer y su hija.(al proclamarse en España la dictadura de Primo de Rivera), sus viajes serán frecuentes
Allí encontró las formulaciones estéticas del Cubismo, asimiló sus sistemas expresivos y buscó el esquematismo y la esencialidad de figuras y objetos, tratando de encontrar la auténtica expresión tridimensional de los postulados cubistas.
 Vivió en la comuna de artistas Le Bateau-Lavoir con Max Jacob, Juan Gris y Picasso, cuya cabeza modeló en una escultura. Al año siguiente Juan Gris le presentó a Magali Tartanson, con la que se casó en 1915. En 1934 sufrió una neumonía fulminante y murió en Reus, (Tarragona) donde se había desplazado para inaugurar una exposición de su obra.
A lo largo de su carrera mantuvo simultáneamente dos estilos aparentemente muy distintos: uno clásico, relacionado con el modernismo en sus inicios y con el novecentismo, y un estilo vanguardista en el que experimenta con la desintegración del espacio y las formas y los nuevos materiales.
 Sus primeras obras beben del modernismo. A partir de 1923 su estilo adquiere una dimensión muy personal, derivada de la interpretación del cubismo. Se basa en la búsqueda de una síntesis formal de la figura en planos geométricos siempre fluidos y en la valoración de los huecos y los macizos. Sustituye los materiales convencionales como el mármol o el bronce por las láminas de hierro forjado. Crea un nuevo lenguaje escultórico introduciendo el vacío como volumen y dotando a sus figuras de gran dramatismo expresivo
 Su obra más conocida es su pieza maestra El Profeta, de 1933, que es la culminación de su concepto cubista de escultura del hueco y a la vez posee una energía expresionista que conecta, por el tema tratado, con la tradición bíblica.
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El Profeta
Esta escultura es una de las últimas obras de Gargallo. En ella su autor, que no llegó a ver la versión en bronce ya que la fundición data de 1936, materializó su proyecto más ambicioso y de mayores dimensiones.
 El gran profeta, su obra maestra, supuso la  incorporación de las técnicas de modelado y fundición del metal a la plástica de vanguardia.

Gargallo lleva a cabo avances en relación a la investigación del espacio y la materia, sin llegar a la abstracción. Intenta esculpir el vacío, el hueco, al contrario de lo que sucedía en la escultura tradicional que se intentaba dar forma al volumen.
La luz resbala por la superficie del bloque, se introduce por el interior y crea zonas de claroscuro.
El profeta presenta formas que nos recuerdan a los cubistas, pero se mueve dentro de los planteamientos espirituales del expresionismo por la dureza, la agresividad y el carácter de la figura. Representa a un hombre que está gritando, amenazante, con una mano levantada en actitud de orador y otra que sujeta un bastón.
Las líneas y planos nos conducen hacia la cabeza y la boca, que es el centro expresivo de la figura tanto en su visión frontal como en las laterales. Si lo miramos desde distintos planos, el profeta es el mismo, tiene el mismo gesto. La diversidad de puntos de vista conduce al espectador al movimiento, que ha sido creado a partir de la materia y el vacío. La imagen cobra cuerpo en el espacio.
Pablo Gargallo nos sugiere volumen a través del vacío rodeado de aire y de luz, que da lugar a claroscuros, incrementando así el dramatismo de la obra.
La aportación de Gargallo a la escultura contemporánea es la introducción del nuevo concepto de espacio escultórico. Sugiere la materia en su ausencia, completa la obra en el espacio mediante la adecuación de los contrarios, el vacío y el lleno.
En palabras de Pierre Courthión, "entre los dos medios de creación, lo concreto y lo abstracto, Gargallo   no se resigna a elegir, convencido de que había otra vía donde convergían los dos caminos: la recreación".



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