Me he venido hasta aquí (...) para hablar sólo un poco, muy poco, con algún transeunte y preguntarle una dirección. En esta ciudad, donde la respuesta es siempre la misma: "Destra, sinistra, sinistra, destra, destra, sinistra e altra volta sinistra".

Antonio Gala: Los papeles de agua.

martes, 7 de octubre de 2014

Soldados de Salamina

(...) Pero le voy a contar una cosa que usted no  sabe , una cosa de la guerra. (...) Cuando salí hacia el frente en el 36 iban conmigo otros muchachos. (...)  Hicimos la guerra juntos.(...) Ninguno de ellos sobrevivió. (...) Desde que terminó la guerra no ha pasado un solo día sin que piense  en ellos. (...) Todos muertos. Muertos. Muertos. Todos. Ninguno probó las cosas buenas de la vida: ninguno tuvo una mujer para él solo, ninguno conoció la maravilla de tener un hijo y de que su hijo, con tres o cuatro años, se metiera en su cama, entre su mujer y él, un domingo por la mañana, en una habitación con mucho sol...
(...) A veces sueño con ellos, y me siento culpable: les veo a todos, intactos y saludándome entre bromas, igual de jóvenes que entonces, porque el tiempo no corre para ellos; igual de jóvenes y preguntándome por qué no estoy con ellos, como si los hubiese traicionado, porque mi verdadero lugar estaba allí; o como si yo estuviese usurpando el lugar de alguno de ellos; o como si en realidad yo hubiera muerto  hace 60 años en cualquier cuneta de España o de África o de Francia y estuviese soñando una vida futura (...)  Nadie se acuerda de ellos, nadie. Nadie se acuerda siquiera de por qué murieron, de por qué no tuvieron mujer e hijos y una habitación con sol.

                          Javier Cercas.     Soldados de Salamina

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