Me he venido hasta aquí (...) para hablar sólo un poco, muy poco, con algún transeunte y preguntarle una dirección. En esta ciudad, donde la respuesta es siempre la misma: "Destra, sinistra, sinistra, destra, destra, sinistra e altra volta sinistra".

Antonio Gala: Los papeles de agua.

jueves, 31 de marzo de 2011

“Joseph y el increíble manto de sueños tecnicolor”


Ocasionalmente es conveniente buscar la sorpresa. Sacar a los alumnos del territorio familiar, de la rutina de clase.  De ese ir y venir del profesor al alumno y del alumno al profesor, del alumno a la pizarra y viceversa, del libro o la explicación a los ejercicios y vuelta a empezar.

¿Qué ocurrirá si incluimos en el día a día algo para lo que no estén avisados?. Un elemento que no forme parte de su día a día, ni dentro ni fuera del instituto.  Algo que no hayan visto y que, si les dieran opción a escoger, no verían nunca.

Esta semana ha sido uno de esos momentos elegidos para romper la dinámica. Y el elemento discordante ha sido un musical.  He proyectado “Joseph y el increíble manto de sueños tecnicolor”, o si se prefiere,  el increíble abrigo multicolor.

La obra puede incluir muchos elementos sorprendentes para su público, tantos como niveles de lectura puedan utilizarse para interpretarla.

Para poder destripar su contenido, lo primero que debemos hacer es investigar en la historia que nos cuenta y en cómo se gestó su conversión en musical.

La historia está tomada de la Biblia. En su adaptación musical, un narrador cuenta a unos niños la historia de un joven soñador, llamado Joseph, que nació en una familia de 11 hermanos. 

José es el hijo predilecto de Jacob, su padre, y para demostrárselo le regaló una espléndida túnica de colores. Este regalo desata la envidia entre sus hermanos que dispuestos a deshacerse de él optan por venderlo como esclavo a unos mercaderes que se dirigen a Egipto, contando a su padre que su hijo favorito ha muerto y como prueba le devuelven la maravillosa túnica de colores, manchada de la sangre de una bestia.
Joseph es vendido en Egipto como esclavo en casa de Putifar, rico mercader, del que pronto se convertirá en hombre de confianza. La mujer de Putifar, encaprichada de Joseph, trata de seducirlo. Putifar, enterado de la situación, manda encarcelar a Joseph.
Durante su encierro conoce a dos sirvientes del faraón que tienen extraños sueños y Joseph se ofrece a interpretárselos.
Pasado el tiempo, el Faraón tiene unos extraños sueños que nadie acierta a descifrar. Joseph es reclamado de la prisión e  interpreta los sueños del Faraón diciéndole que vendrán siete años de abundancia en los que el grano rebosará en todos los graneros, pero a éstos seguirán otros siete años de escasez, por lo que habrá que guardar en tiempos de abundancia para no perecer en los tiempos venideros.
El Faraón queda impresionado con la interpretación de Joseph y le confía el puesto de la reserva del grano para cuando lleguen los tiempos de escasez. Como vaticinó Joseph, llegan los tiempos de miseria. Gracias a las medidas tomadas, en Egipto no falta la comida. Sin embargo para la familia de Jacob  en Canaán las circunstancias son mucho peores. Se ven obligados a partir rumbo a Egipto porque han oído que allí hay posibilidad de conseguir comida.

Aunque sus hermanos han crecido Joseph los reconoce de inmediato y prueba su honestidad introduciendo en el saco del hermano más joven un cáliz de oro, acusándolos de  ladrones, descubriendo el cáliz en el saco del menor de los hermanos al que ordena encarcelar, pero todos los hermanos defienden al pequeño, ofreciéndose como  prisioneros en vez del hermano menor. Joseph comprueba que han cambiado su actitud y se da a conocer ante el júbilo de todos, mandándolos de vuelta en busca de su anciano padre para que se reúna con ellos en Egipto.

La obra es fruto de la colaboración de Andrew Lloyd Webber, música, y Tim Rice, como letrista.
( Sir Tim RICE es bien famoso por por sus producciones cinematográficas y sus obras para Broadway junto a Andrew LLOYD WEBBER,  así como con Disney y Elton JOHN en "El Rey León" ,y algunos temas para el 007 e incluso para "Stuart Little"). 

El director de actividades musicales del Colet Court, de Inglaterra instó a  Andrew Lloyd Webber y Tim Rice para  que compusieran una obra de contenido religioso, que estuviese dirigida  a un grupo juvenil, para una de las celebraciones del colegio.

Lloyd Webber en aquellos días tenía 19 años y estudiaba en el Royal College.

 Webber y Rice comentaron la historia, después Lloyd Webber compuso las melodías, y finalmente Tim Rice les puso letra. Ese sería el esquema de trabajo que emplearían siempre para componer.

La primera versión de Joseph, estrenada en el Court School el 1 de Marzo de 1968, tenía una duración de 15 minutos y tuvo un éxito bastante modesto.

Tras sucesivas representaciones para als cuales se fue paulatinamente ampliando la duración con nuevos números,  en 1982 se estrenó en Broadway y aguantó en cartel 749 funciones, con los definitivos 90 minutos de duración recibiendo siete nominaciones a los premios Tony.
 Las críticas de Joseph en principio no fueron excesivamente buenas, la consideraban demasiado innovadora e  inocente,  entonces, ¿por qué funcionaba tan bien?.

 La respuesta es simple: Joseph era interpretada en muchos colegios por los propios alumnos. Era una obra fácil, sencilla, amena y divertida. Eso se transmitió a Estados Unidos, donde se extendió rápidamente por todo el país. 




La versión recogida en el DVD respeta la fórmula de obra de instituto: escenarios sencillos, precariedad de medios, ingenuidad en los “efectos especiales”.  

Es necesario hacer ver a los alumnos que esta precariedad de medios está empleada a propósito por los autores del musical, y que a ello debe parte de su encanto.  La introducción de evidentes anacronismos (gafas de sol, cámaras fotográficas, la narradora María Friedman interactuando con los protagonistas vestida a la manera occidental,   el padre y los hermanos a la mesa de un café parisino fumando y bebiendo whiskys, o alimentándose con maíz en Egipto) refuerza el tono irónico, paródico, por momentos esperpéntico de la adaptación de la historia bíblica a los escenarios.

Capítulo aparte tiene la partitura musical. Cada cuadro emplea un tipo de música diferente, que va desde la música del oeste a la Chanson parisien, del Music hall a la salsa.  Obviamente músicas  también anacrónicas y fuera de contexto dentro del Egipto de los faraones o del neolítico pastoril de los Jacob & sons.  Mención aparte para la recreación discotequera y el rock & roll estilo las Vegas que aparecen en escena, la parte más delirante de todo el espectáculo.


Bajo este tono de comedia se pretende que los alumnos aprendan a diferenciar las características de un neolítico inicial, representado por la tribu de pastores, y una cultura fluvial, urbana, como era la del Egipto faraónico: mayor complejidad social de este último, (diversificación de oficios, jerarquización), y las posibilidades que esta complejidad ofrece (mayor capacidad productiva, generación de excedentes, posibilidades de almacenamiento de estos últimos, distribución equitativa entre la población en épocas de carestía), el Faraón como supremo poder de origen divino…

Y también se intenta que aquellos que sigan la proyección con atención se inicien en la búsqueda de segundos y terceros niveles de lectura, que intenten analizar gestos, planos de cámara, todo aquello que constituye los rudimentos del lenguaje cinematográfico.

Una de las cosas que también llamó la atención fue que muchas de las apariciones en escena de José estaban acompañadas por la misma música.  Puede mencionarse el complemento y refuerzo de las imágenes con el empleo de la banda sonora, así como el carácter narrativo de la música desde la época romántica.

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