(…) En las excavaciones del Templo de Jerusalén, los primeros templarios no encontraron nada, pero cuando indagaron
entre las pequeñas sectas cristianas que no obedecían a Roma (…) descubrieron
la verdad del cristianismo: Cristo era un príncipe
de sangre que luchaba contra los romanos para recuperar su trono.
(…) Cuando Cristo murió, sus
incondicionales se dividieron en dos grupos, el de Juan y el de Pedro, pero
poco después se formó un tercer grupo que seguía a Pablo. Este (…) se hizo con
el poder y fundó la Iglesia. Para ello se inventó un Cristo completamente falso
que se ajustaba a sus propósitos.
(…) – Pues, ¿cómo era el Jesús
verdadero?.
(…) – Era un príncipe de la estirpe de David, el heredero del Reino de Israel.
Los falsos peregrinos, Nicholas wilcox.
Nicholas
Wilkox
nació en 1958. Se graduó en historia por la Universidad de Oxford. Tras muchos
años como reportero, en la actualidad se dedica únicamente a su labor de
escritor. Ferviente admirador de España, y miembro de la Royal
Ornithological Society, pasa largas temporadas en la Sierra de Cazorla
dedicada a la observación de los pájaros.
Es autor de La lápida templaria.
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