(…) Sigur Raufoss había sido su primer capitán como oficial.
(…) carecía de la arrogancia de los capitanes ingleses y les superaba en
competencia profesional. (…) Coy hizo con él trescientos siete días de mar en
el Mediterráneo, y después cambió de barco justo a tiempo, dos viajes antes de
que al capitán Raufoss se le acabara la suerte. (…)
(el barco) Dio la
vuelta yéndose al fondo con quince hombres dentro, sin dejar otro rastro que un
mensaje de emergencia captado por la radio costera de Mont Saint –Loup (…) Después, ni un rastro flotante (…) Nada. Sólo
el silencio y el mar impasible que esconde sus secretos desde hace siglos.
La Carta Esférica. Arturo Pérez Reverte
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