Steve McQueen es uno de esos elegidos que pueden
catalogarse como auténticos héroes de la gran pantalla, de esos que son capaces
de todo en cualquier situación y siempre salen sin daño.
Una de sus mejores interpretaciones es el papel de Capitán Virgil Hilts,aquel capitán de la fuerza aérea estadounidense obsesionado con la fuga y que traía de cabeza al coronel Von Luger y los guardias del Stalag Luft III de Sagan, en Silesia.
Un aviador americano que hará todo lo posible por escapar, incluyendo pasar temporadas en la "nevera", en el film de John Sturges "La gran evasión",
Se ha señalado a Bill
Ash, (uno de los grandes escapistas
aliados de la II Guerra Mundial , una verdadera leyenda del género, llegando a
fugarse hasta 13 veces —la última fue definitiva— de las manos de los alemanes),
como el modelo o la fuente de inspiración para el inolvidable personaje de
Steve McQueen.
En su biografía, titulada "Bajo el alambre. Las
aventuras en la II Guerra Mundial de un legendario artista de la fuga y rey de
la Nevera", explicaba que escapar era como un mal juego de parchís: siempre le
volvían a enviar a la casilla de salida.
Hay dos puntos especialmente icónicos en La Gran Evasión. El
archifamoso jueguecito con la pelota, el guante y la pared , y el momentazo en el que Von Luger se refiere a él simplemente
como Hilts (sin rango) y él se vuelve el cuello de la flamante chupa de aviador,
señala el distintivo de la graduación militar y le corrige con un simple: "Capitán", que inspira el Capitán... Capitán... de Jack Sparrow en piratas del caribe.
En La Gran Evasión, tras el fracaso de la fuga, Hilts vuelve al campo y a "la
nevera". Allí, saca su guante de béisbol y su pelota, y la lanza contra la
pared. El guardia se gira para oír el familiar sonido de la pelota rebotando
contra la pared y sale de la prisión.